ARTICULOS RELATOS Y OTROS MENESTERES
miércoles, 31 de diciembre de 2014
viernes, 19 de diciembre de 2014
Que vuestro árbol navideño se impregne de los colores del Arco Iris y vuestros hogares se llenen de la energía compartida del Universo!! Abrazos amig@s.
FELICES FIESTAS AMIG@S |
lunes, 24 de noviembre de 2014
EL CEPO
Una luna fría rielaba sobre el oscuro tambor del llano, los
perros ladraban a la noche y en la sierra se oían los ciervos berrear. Era
mediados casi finales de Octubre y el
otoño casi acababa de llegar. Los pastores hacía rato que habían encerrado el
ganado en la tina y se agrupaban distendidamente alrededor de una fogata
compartiendo su condumio, unas gachas con chorizo una buena hogaza de pan, una
bota de vino que corría de mano en mano y un buen queso manchego en aceite, No
había mucha conversación ya que eran hombres de poca palabra, estaba
acostumbrados a lidiar solos con los animales y no tener mucha compañía, solo
se escuchaba a Serafín el más joven y que llevaba poco tiempo en la hacienda.
Contaba que esa tarde se había encontrado a un conejo atrapado en un cepo con
la pata sangrante.
-Seguro que ha sido el hijo del señorito que como su padre no
le deja coger la escopeta se entretiene cazando con cepos, aquí el caso es
cazar-. Los perros al oler la sangre se han puestos muy nerviosos y han
comenzado a ladrar. –Ni que decir tiene que si hubiera sido su hermana, hasta habría curado al conejo ¡esa tiene otra pasta...! ¡Es una melindre!
_¡No critiques a la señorita María!-
ella es “de corazón” - apostilló Manuel, uno de los pastores más avezados del
grupo.
Después de estos dimes y diretes
todos dieron por concluida la cena y cada uno se marchó a dormir, mañana había
que madrugar y levantarse antes del alba para ordeñar cabras y
preparar el hato para el día siguiente.
María abrió los ojos a la estancia en semipenumbra, se
desperezó incorporándose en la cama y buscando su bata y sus zapatillas se
dirigió a la ventana y comenzó a descorrer las cortinas… Le apasionaba la luz,
pensó que ya llegaba tarde a la amanecida pues el sol ya apuntaba por encima de
la sierra que tenía delante de su ventana,
el paisaje que decoraba era multicolor, los chopos de la ribera del
arroyo Valronquillo estaban cromados del naranja al amarillo, todo estaba
brillante, el suelo escarchado, un olor a humedad impregnaba el aire a causa de
la lluvia caída el día anterior.
En la base de la sierra junto al
camino del Encinarejo se veían aparcados los jeeps de los cazadores, era día de
cacería y el pueblo estaba henchido de ladridos de perros nerviosos porque
predecían la faena que se les avecinaba. A ella no le gustaba la caza de
animales, decían que era necesaria para la ordenación del territorio y
equilibrar el número de especies pero...
Dejó de
pensar en ello y comenzó a prepararse para dar un paseo, pues el día daba pie
para ello. Se abrigó con un jersey de lana gruesa, botas altas de campo,
pantalón de pana y una zamarra de color verde para evitar alterar el cromatismo
del paisaje. Tomaría la vereda del arroyo y haría unas bonitas fotos, pues la
luz era de buena calidad y la hora de las más adecuadas. Preparó un tentempié,
un poco de agua, algo de fruta que metió en un pequeño zurrón, preparó su
cámara y comenzó su ruta. En el comienzo del sendero se le unió Zapo un perro
callejero que merodeaba por el pueblo y que estaba muy encariñado con ella
porque la mayoría de los días comía de su mano.
María entusiasmada por el paisaje,
la luz y la buena compañía, se internó en el frondoso bosque en la ribera del río. foto aquí y allá, iba siguiendo los pasos de Zapo que
parecía conocer el paraje.
De pronto se dio cuenta que el
animal había desaparecido de su vista y comenzó a llamarle… el animal no acudía
a su llamada, pensó que igual estaba entretenido con alguna gazapera de
conejos o husmeando nuevos horizontes. Al momento escuchó un ladrido lastimero, comprendió que el perro se había metido en algún problema. Corrió hacia el
lugar donde se oían los lamentos y descubrió a Zapo entre unos matorrales. El
animal la miraba cariacontecido intentándose lamer una de sus patas traseras, tironeando para poder sacarla de algo que la había aprisionado y no le dejaba
acudir a la llamada. Intentó calmarle porque la terrible realidad es que había
caído en un cepo de furtivos y el pobre animal cuanto más hacía por zafarse, más
dolor recibía, una de sus patas estaba toda llena de sangre y parecía rota.
El problema era como sacarle la pata
de aquel horrible cepo, ya que éste
tenía unos dientes afilados de hierro que estaba atravesando la piel y hasta el
hueso de su pequeña extremidad.
Comprendió que debía de hacer algo
rápido y que tendría que volver al pueblo a pedir ayuda, aunque primero intentó
con un palo fuerte hacer presión sobre el muelle del cepo por si cedía y
liberaba al perrito que ladraba cada vez más fuerte.
Una rabia
sorda se adueñaba de ella. ¡Otra vez los malditos furtivos! ¿Cómo podía haber
gente tan infame que utilizara esas armas que causaban tanto dolor a los
animales y que les inducia un sufrimiento tan cruel hasta morir desangrados o
muertos de sed y de hambre?
La vista se le nublaba, su mente no
comprendía, un latido sordo se agolpaba en su sien, sin embargo se daba cuenta
que tenía que actuar con rapidez por el bien del animal; lo tranquilizó acariciándole y susurrándole palabras
cariñosas para que no siguiera moviendo la pata convulsivamente y la herida se
hiciera mayor.
De repente según estaba agachada,
algo frio y metálico le tocó la cabeza. Un hombre para ella desconocido con
cara de muy pocos amigos la estaba apuntando en la cabeza con un arma de caza.
– Deja al animal y vete para el pueblo,esto es asunto mío_ le dijo el hombre.
María reaccionó e intentó
incorporarse, colocando su mano en el cañón del arma, asustando a su portador.
El hombre disparó precipitadamente, hiriéndola en el hombro. La sangre comenzó
a manar copiosamente... un profundo dolor en el brazo que amenazaba con
extenderse a todo el cuerpo.
_¡ Usted está metiendo las narices en terreno peligroso y no sé cómo vamos a resolver este conflicto!
_¡ Usted está metiendo las narices en terreno peligroso y no sé cómo vamos a resolver este conflicto!
La joven trató de calmarse pues se daba cuenta que
efectivamente ese hombre estaba dispuesto a todo y que era el autor de la
disposición de los cepos.
El hombre de nuevo la
apuntaba con su arma y ella pensó que allí acababan sus días. _La vida hay que tomarla como viene, y cada uno tiene que apechugar con lo que le toca- el cazador sentenció.
-Te has metido donde no te llaman!!
-Te has metido donde no te llaman!!
María notaba una nausea que surgía
de su vientre y llegaba hasta su boca, pensaba que su vida iba a terminar
delante de ese monstruo sin conciencia, oyendo al pobre Zapo ladrando su dolor. Cerró los
ojos abrumada e impotente ante la dura realidad, solo el destino podría revelar
el final de este episodio. Trató de centrarse en el momento presente por muy
duro que era, respiró rítmicamente tratando de calmar su ansiedad, se centro en el sonido del arroyo que discurría al borde del acontecimiento, la sangre no
dejaba de manar de su hombro y su brazo colgaba como un péndulo a lo largo de
su cuerpo, sabía que estaba a punto de desmayarse...
En ese momento se escuchó un ruido detrás de ella y opuesto
al cazador, sin poder mirar atrás porque
no se lo permitía su dolor, abrió los ojos y vio al hombre echar a correr a
toda velocidad, un vértigo la recorrió todo el cuerpo y se desmayó entre los
arbustos al lado de su amigo Zapo que la lamía la cara.
Una nube negra cubrió todo su
horizonte, solo oía muy lejanamente un sonido estridente, después... calma y una
voz familiar que la invitaba a despertarse… No sabía cómo abrir los ojos, no
recordaba haber caminado, no comprendía donde se encontraba pero antes o
después tenía que enfrentarse a la realidad, parecía que había discurrido años y años desde que perdiera la conciencia. Decidió hacer frente a su presente...
Su madre se encontraba a la cabecera
de su cama con cara preocupada y por el olor y los elementos que la rodeaba
parecía encontrarse en un hospital. Un dolor sordo localizado en su hombro la
actualizó su memoria y recordó… ¿Qué había pasado? ¿Quién la había llevado
hasta allí?
No quería pensar... solo sentir se
encontraba rodeada de cariño y a salvo.
Más tarde supo que el capataz
forestal llevaba tiempo detrás de un grupo de furtivos y en su seguimiento la encontraron gracias a los ladridos , llegaron en el momento oportuno de salvarle la vida, a ella y a su perro Zapo que la estaba esperando en el pueblo
para terminar la ruta empezada…
MARIA TAU
martes, 16 de septiembre de 2014
Día ajetreado en la hacienda, todo es bullicio, entradas y salidas.
Ha amanecido un día sin nubes, el sol en su incipiente salida en la madrugada apunta maneras y los colores rojizos tiñen el
horizonte. Aunque todavía canta el gallo, los portones de la casa ya están
abiertos de par en par, el patio lleno de útiles labriegos propios de la
hacienda encomendada. Los gañanes arrean a los animales para que ocupen el
lugar para la carga, el sudor perla sus frentes, todo es bregar, hay que
transportarlo todo a la “era”, comienza la trilla, esa elaborada faena que tiene
que separar la paja del grano para terminar de recoger la cosecha.
María se ha levantado con
el ser de día, le encanta la faena y el bullicio, ella se quedará en la casa
con la abuela, las mujeres prepararán la comida para llevarla a los hombres que
faenan sin descanso. Grandes ollas cuecen ya en el fuego, llenas de carne y legumbres
que aliviaran el cansancio y el hambre de estos mocetones labriegos que han
venido de otros lugares contratados para ello, aunque después de años, sus caras
ya le van siendo familiares y se atreve hasta a llamarles por su nombre.
También tiene la oportunidad de ayudar,
hacer recados que la mandan y sobretodo y principal tarea no interrumpir. Ella
y su perra “Mori” observan bien pertrechadas desde su refugio, una higuera bien situada en la
parte central del patio de acceso a las cuadras con una sombra privilegiada.
En días anteriores, el
grano segado se ha transportado del pedazo de la tierra donde fue sembrado y
cultivado a la zona de trilla, un lugar comunal del pueblo, habilitado a espaldas de las casas, en el
ejido, llamada “La era”... cada labrador tiene su espacio que utiliza todos los años.
Los carros tirados por mulas pardas, azuzados por los hombres
han descargado las mieses segadas,
atadas en grandes manojos rizados que abarcan las secas y doradas espigas
preñadas de suculentos granos de trigo, han formado grandes círculos, las parvas donde se hará la
trilla. Otros carros transportan los trillos, aperos de madera, parecido a un trineo con un tablero grueso, de forma rectangular con la parte frontal algo más estrecha y curvada
hacia arriba y cuyo vientre está
guarnecido de esquirlas cortantes de piedra, aplasta y corta la paja y el trigo
queda debajo. También se han transportado las aventadoras o bieldos, instrumentos que
sirven para aventar como su nombre indica y separar el grano de la paja después de la trilla. Son
duros días hasta que el grano queda envasado en sacos y costales para su venta.
A María le encanta tirarse al montón de
paja con su perrita y jugar y enterrarse dentro, hasta que ella la encuentra, después
se va a bañar al río que está cerca de la era, para quitarse el polvo que la
mies ha dejado impregnada en su piel y que la hace estremecerse de picor. A veces la acompaña el abuelo y recogen enea
que crece a la orilla del río y que ponen a secar al sol, una vez seca, hacen
cestos y enseres en el invierno.
También con sus primos va a cazar renacuajos al arroyo que baja al río, atraviesa
la era desde el pilón o abrevadero de animales, las pequeñas ranitas saltan en
su orilla entre las matas de menta poleo, berritos y acederas, las ven nadar en
el agua y hacen competiciones calificando cual salta más alta, siempre sin
hacer mal a los animales y volviéndolas a dejar de nuevo en su hábitat después de
haberlas observado. Son días de asueto para los niños por las vacaciones
estivales, cuando más faena hay en la
casa, los niños disfrutan más de su libre albedrío disminuyendo la atención
severa de los adultos.
También es divertido subirse al trillo y
llevar del ramal a Princesa que la transporta como si de un trineo se tratase,
sentir el apero deslizarse por los haces de paja y escuchar el crujido de ésta al quebrarse. María bambolea los ramales de la
yegua que se desliza entre la rubia paja con un trotecillo alegre, animada por
las voces de la niña que la anima a correr.- ¡Vamos Princesa, un poco más
rápido, no seas holgazana! Mas tarde
acabada la trilla, acompaña al abuelo y le ayuda a cepillar su pelo blanco que
se lustra y vuelve de nuevo a brillar, un buen celemín de trigo y agua fresca
en el abrevadero para aliviarla de la sed y el calor.
Los mejores momentos llegan con la comida y
las cenas, cuando los segadores y temporeros se sientan todos alrededor de la
pitanza y cada uno cuenta las experiencias acaecidas en otros lugares por los
que han pasado, las faenas, peripecias, amores y desamores adornadas todas
estas historias con añadidos personales, que nada desmerecen de las hazañas de
grandes héroes.
María como siempre acurrucada al lado del
abuelo, escucha atenta las descripciones de lugares y anécdotas . Los hombres
y mujeres se convertían en gigantes a
medida que el coraje de sus hazañas los envolvía.
Cuando las voces se iban
apagando, el silencio y la oscuridad reinaban en la era, el abuelo la iba
enseñando, señalando los nombres de las diferentes estrellas y constelaciones
que había en ese momento en la bóveda del cielo…
La magia de las historias
junto con las leyendas de los héroes y diosas que poblaban el Universo y ese
camino alquímico, blanco y empolvado de estrellas como era el Camino de
Santiago, llenaban de sueños y anheladas
aventuras el corazón y la mente de la niña.
Y allí en ese lugar mágico,,,
es donde esa niña transformada lo busca y lo encuentra siempre que lo necesita…
Buenas noches amigo….
MARIA
TAU
lunes, 8 de septiembre de 2014
EL PAISAJE… ESE SER VIVO (ARTICULO)
EL PAISAJE… ESE SER VIVO
(Conmemorando el día del Planeta)
Colocamos el paisaje como elemento motor de la observación,
entorno que nos acompaña que nos acoge, ser vivo al que cuidar y proteger,
favorecedor para que se dé la vida en nuestro Planeta.
Interiorizando en él encontramos sus
dos mitades, una concreta, viva y otra virtual, imaginaria. Aún podría existir
una tercera también viva, oculta que crece fuera de la vista , que se sumerge
en sus raíces. Ésta se profundiza y forma un misterio en su ser, más nos llama
de alguna manera a comprender la intimidad real que identificamos con el
interiorismo, las raíces, los ecos, las sombras, el otro lado…
Comenzando con la primera parte la
concreta y visual, mezcla de la belleza, el cromatismo que depende de la luz
obviamente, también del estado anímico y de la sensibilidad del observador; las formas que lo habitan,
así como los diferentes seres vivos que lo pueblan, sus estatus, sus hábitats,
sus elementos físicos, mares, ríos, océanos, bosques, llanuras, etc., y su
disposición que permanece o muta según varíen sus estructuras, el clima que lo
favorece o perjudica. Etc.,
La segunda mitad, la virtual, es el
espejo en el que se mira la primera y que solo existe en los reflejos,
memorias, recuerdos, fotografías mentales que nos han llevado a idealizar o a
desprestigiar el mismo. Es un paisaje totalmente subjetivo que vamos formando a
lo largo de nuestra vida tanto si lo vamos frecuentando… entonces le añadimos
sentimientos y emociones… como si lo visitamos por una sola vez y es víctima de
la sorpresa, o del desencanto, la
búsqueda de la belleza,… de la ansiada felicidad.
A veces el paisaje es confundido por
su reflejo en unas aguas serenas y límpidas, en un charco de lluvia, en el
brillo de una calzada, es identificado y a veces comparado con su forma casi
real, ganando en una competición fotográfica.
Otras veces es copiado o
representado por insignes artistas tanto de la fotografía como de la pintura,
promocionándose y haciéndose famoso por llevar nombre de autor.
También puede formar parte de
nuestro mundo onírico, de nuestra fantasía y aparecer misterioso y ajeno a su
forma como solo es concebido por su soñador o pensador y que no tiene nada que
ver, e incluso permanecer ajeno a su parte real existente.
Este es un mundo de
sombras para el hombre porque no tiene acceso visual espontáneo, no es un mundo
aparte sino es un mundo prolongado del anterior concreto y que se perjudica o
favorece del mismo, ya que está
simbiotizado y no existiría una mitad sin la otra.
Cuando penetro como observador en mi paisaje… remodelo su
estructura y adapto su forma… el sentimiento no sabe de partes… quien conceptúa, clasifica, define, ordena y desordena, coloca al norte o
al sur, es decir orienta o desorienta… es mi mente.
El
sentimiento parte del caos emocional que libera todos los elementos yuxtapuestos
y hace sentir, ilusionar, retorcer, amalgamar las diferentes emociones que
saltan de la chispa visual y recorren el espacio vital del espectador por los
infinitos hilos de que se vale su percepción, alimentada por las sustancias
químicas que ordenan su materia y van sumergiendo al sujeto en una visión
escatológica que confunde y mezcla lo concreto, lo abstracto, lo onírico, lo misterioso, lo cromático y cual
matraz alquímico , lo amalgama, lo
unifica, lo cristaliza y lo envuelve y cambia su estilismo…
Después contamos con
otro recurso que el observador de nuestro paisaje tiene, su memoria en el tiempo… en su extasiada contemplación brotan de su
interior elementos que inventa o añade por asociación y así fabula y reordena
lo concreto y lo vuelve a visualizar con una pátina atemporal que inmortaliza
los elementos impresos revitalizados y con edición propia, personal…
De este modo, combinando las diferentes acepciones de nuestro
paisaje, sus variadas partes, y según
que el observador lo mire o lo vea, lo inmortalice o lo destruya con su mera
observación, variará de una forma u otra según el cristal que refleje el
color de su visión…
MARÍA TAU
martes, 2 de septiembre de 2014
LA
MAGIA DEL UNIVERSO
El atardecer
mostraba todo su esplendor, un horizonte anaranjado y violáceo despedía un día
caluroso en el que el sol a pesar de ser Agosto había lucido con toda su
fuerza, es de esos días recomendados por los dermatólogos que hay que
embadurnarse de específicos para filtrar los rayos de sol y no maltratar la piel.
¿Qué
le pasa al sol? Los vaticinios que hay sobre nuestro astro rey después de
arduas investigaciones “es que son explosiones de radiación de gran alcance”.
¿Qué pueden producir entonces estas radiaciones? Estas radiaciones nocivas de
sus llamaradas no pueden pasar a través de la atmósfera de la Tierra y afectar
físicamente a los seres humanos, sin embargo, cuando son lo suficientemente
intensas pueden perturbar la atmósfera en la capa donde viajan las señales de
GPS y las comunicaciones".
Como
un cuerpo vivo nuestro Sol mueve su energía y su estructura molecular,
cambiando su morfología, su brillo y su silueta, proporcionándonos de manera
visible sus brillantes llamaradas, auténticas olas de fuego que salpican el
espacio que lo envuelve.
Observar
y hacer patente este hecho a través de las fotos que nos mandan los diferentes
observatorios que controlan y estudian este fenómeno, nos deja maravillados y
extasiados verificando los virtuosismos cromáticos y las variopintas formas y
oleadas de fuego que aparecen y modifican el perfil solar.
Con
nuestros medios de a pie y poniéndolo bien sentado en tierra solo lo podemos
observar cómo se marcha y reaparece en el horizonte rodeado de halos de colores.
Después
de ver y sentir el atardecer nos vemos sorprendidos por una noche de luna nueva
que nos deja visualizar desde el lugar en que nos encontramos un inmenso marco
estelar, la polvorienta vía láctea que profundiza en un cielo azul marino y
gira y se retuerce formando grupos y asociaciones de estrellas con diferentes
brillos y formas intercaladas por el brillo reflejado de los planetas visibles
en las constelaciones de Virgo y
Escorpio.
La
conjunción de Saturno Marte y la luna nueva en Escorpio solo visible en el
cromado amanecer.
Esta
simbiosis planetaria originada a miles de kilómetros del ojo observador y que la provoca la perspectiva lejana como
si de algo mágico se tratara.
Y aquí
si nos dejamos guiar por la magia, el hombre a lo largo de la historia ha
contado y contará leyendas, relatos, poemas y gloriosas epopeyas de nuestros
elementos siderales, personificando y dando forma de héroes y deidades a los
diferentes planetas y astros y haciéndoles vivir mil y una aventuras , casando
o separando a hombres y a dioses y dando a luz al mundo de los héroes fruto de
relaciones incestuosas entre dioses, diosas, hombres y mujeres, que han dado
exitosos relatos en todas la literatura universal.
Y
si nos adentramos en la mítica Astrología, ciencia para algunos que adivina o
muestra de una manera intuitiva, conjuntando o formando ángulos entre los
diferentes planetas y estrellas de nuestro sistema para designar el futuro de
los hombres que han nacido en las diferentes latitudes, longitudes y tiempos,
nos adentraremos en un mundo totalmente mágico y adivinatorio, inductivo y
deductivo que ilumina o apaga el devenir de los hombres.
¿Cómo
conjugar todas estas diferentes acepciones y mezclar las distintas
sensibilidades, ciencia empírica, experimental, anacronía , tiempo y espacio,
magia y adivinación, Literatura?
Dependiendo
desde que realidad se mire, en que circunstancia nos encontremos , experiencias
encontradas en nuestro caminar, apertura de mente y forma y diferencias
culturales nos acercaremos a una interpretación u otra.
Que
cada uno elija su caminar con estos dioses o astros que iluminan …nuestros
senderos y que nos miran desde su privilegiada perspectiva…..viernes, 1 de agosto de 2014
RELATO...VERANIEGO
BIENVENIDO…VERANOO
El verano apunta
maneras, la noche del solsticio llega con el festejado San Juan, noche de magia
y leyenda, noche de hogueras hasta la madrugada, fiesta de bacanal unido en un
mismo quehacer, alborozo, risas, hechizos, alquimia…
Una Luna
grande, blanca amanece al mar. El tórrido y calenturiento verano está al
llegar, el canto de la tórtola al despertar, olor a parva, a siega del trigal.
La
Naturaleza despierta su eco en una nueva estación que no iguala a las demás,
sus tintes y formas la diferencian, su cielo azulado, colores amarillos,
naranjas y violetas de sus atardeceres. Sus brillantes y tintineantes noches
estelares que arropan vagabundeos y trasnoches huyendo de la calor diurna.
Días
ociosos vacacionales dispersos por mares y montañas, ideas divergentes,
búsqueda infatigable del bienestar, de lo novedoso.
Se toma
lo exterior como espejo modélico, es el momento de la extroversión, fatiga
corporal, pereza en el sentir, inmersión de las sombras, inquietud en el hacer
reflejado por los modelos externos y variopintos.
Baños a
la luz de la Luna, vapores de esencia, amores furtivos y elocuentes disfrazados
de dicha.
Todo
quiere cambiar se deshecha la monotonía, todo se disfraza de novedad…
Aparecen
los bufones disfrazados de artistas que colocan sus obras en el mejor rincón y
con la mejor caricatura, esperanzados en el éxito sin cordura.
Verano
lisonjero en donde todo tiene cabida desde una cálida esperanzada espera hasta
una revolucionaria marcha en pos de una libertad no conseguida. Se rompen las
banderas y liderazgos, se desatan cadenas, la parva está trillada, los sueños
invernales se convierten y mutan en creativos actos.
Músicas…
charangas… verbenas y festivales inundan calles y pueblos, la alegría
transciende a la pena, cruceros transcontinentales que unen mares y océanos,
traspasan horizontes y rompen cadenas e ideologías; madura las frutas, posterga
afanes…
Las
emociones están servidas minuto a minuto, instante a instante, hay prisa por
sentir, lo racional se aparca, se expresa, se evoca, la riqueza emocional llega
a su culmen cuando acaba el verano y las emociones se aparcan en el interior,
renovadas y más livianas, más serenas, de más fácil expresión…
Buenas
tardes verano…
MARIA TAU
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